Trae tu recuerdo
el aroma de tu ensueño.
Despierta en mí
la libertad de tu necesidad
y mis sentidos entretienen
el sabor de tu cuerpo,
como gran racimo de uvas
que dulcemente saboreo.
Te vuelves en mi ser
la noche que acompaña mi sueño,
donde te metes con exquisito sigilo
y, como adorable fantasma,
me tomas con la frescura de la noche.
Persiste en mi amor
el abrazo que envuelve tu cariño.
Algo que jamás olvido
viene a mi recuerdo:
la candidez de tu alma,
que transmitiendo su luz,
vuelve el frío invierno en primavera,
y tú, como mi fiel compañera...
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