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26 abril, 2015

P I E L



Hilvano el candor de tu piel
con hilos bañados de oro;
pruebo tus glorias con sabor a miel
devorando tu vientre aterciopelado,
que a gritos me pide besarlo 
para elevarse al cielo en breve sinfonía.

En la alborada, es mi querer 
como dulce bocanada;
el madrigal de amor 
que provoca amarnos sin pudor
y tu lazo de romance cromático
intenta apagar el fuego, 
inmerso en mi ser amazónico,
desbordando las aguas del río 
de tu cuerpo bravío, 
donde terminamos hilvanando 
nuestras pieles 
ávidas de amor desenfrenado.

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