Sucedió,
que tus palabras encontradas,
que tu amor encontrado
y la suavidad de tu beso encantado
entraron con blandura
en mi arena reblandecida
por el agua de tu tiempo.
Se borró de la sombra del pasado,
el arrinconado otoño
y el recuerdo osado
que ya no tiene retorno.
Olvidadas huellas,
hundidas en la tierra,
apagan la tristeza y
la brasa que ardía sin pasión.
Sé que el buen amor
que besó mi esencia,
aguardando que sucediera,
puso en sus besos mi eternidad.
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