Queda tu recuerdo en carne viva.
Te miro aún en la languidez de mi dormir,
donde aparece tu sonrisa
que devora con gran amor
los silencios que en mí descansan.
Es la añoranza de tu rostro,
con semblante de ternura,
la brisa y la magia en altamar.
Es la nube que, sigilosa y sin sonido,
recorre el azul del firmamento
y me acompaña en mi caminar.
Es tu algarabía,
el bullicio que me da la calma
y perfuma el otoño de mi canción;
luna que es arrullo
y da luz, en mi existencia,
al riachuelo de mi ilusión.
Queda tu recuerdo en carne viva
donde aparece tu sonrisa...
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