Mi buen amor,
esparces tu sol con su brillo,
como el diamante que se anida
en el fondo de tu corazón.
Alumbras la vida cual piedra preciosa
y, como luz del tiempo,
alzas el vuelo sin espacio ni distancia.
Andas por caminos jamás recorridos
y derramas en tu paso el amor,
proyectado por la exquisitez de tu alma
donde te internas sin latitudes
y compartes, sin ambages,
la calidez de tu ser,
la ternura de tu diáfano mirar
que al mundo hace vibrar.
Eres el derecho de mi izquierdo
y el viceversa de mi revés,
que entre luces de esplendor
le dan vida a mi color.
Mi buen amor,
no hay temor ni ansiedad
si tú a mi lado estás
persiguiendo las estrellas,
codo a codo, y brillando
con el claro de tu mirar.
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