.

.

10 agosto, 2015

CIEN BESOS



Tengo sed
de tus bellas inquietudes, 
aquellas que presentes 
se disponen en la frescura eterna 
del cobijo de mis besos, 
en el refugio de mis brazos 
y la caricia de mis manos. 

Tengo sed 

del agua de tu paraíso, 
necesario para que mi escribir 
sea claro y conciso.

Quiero 

el agua de tu dicha, 
que sea la puerta
donde dibuje mi sonrisa, 
el poema 
que lentamente se desliza. 

Tengo sed 
del blanco de tu amor 
y quedar enloquecido 
por las caricias, las palabras 
y los cien besos
 que despierten 
mi amor adormecido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario