Y te sigo esperando,
y te sigo soñando,
y sé que volverás un día
y sé que me seguirás amando.
Y aquí encontrarás tú casa
y seguirá intacta como cuando te fuiste;
y continuará tibia tu cama
así como la dejaste
y el olor de tu cuerpo me acompañará
impregnado en las sábanas.
Y sin interrumpirte me hablarás,
y sin detenerte me abrazarás,
y condescendiente te tomaré…
¡Y amablemente me aceptarás!
Y dulcemente te besaré,
y se fundirán nuestros cuerpos
y estarán en consonancia sin igual,
y terminarás por robar
toda mi pasión guardada,
y en un concierto único serás
la directora de la sinfónica.
Y te seguiré amando.
Y te seguiré esperando.
¡Y te seguiré soñando!
¡Y!
Y sigo amando y sigo esperando y sigo soñando! Y!. Un abrazo
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