PRENDADO

Prendado, 

del talle de tu cuerpo,

del sabor del agua de tu manantial,

del efluvio de tu naturaleza.

Suspendido,

 en la solapa de tu sentimiento

que comparte tu vida 

y me acerca a tú corazón;

de tu entrega integral

que sin límites se da radicalmente,

y en el desvelo caprichoso,

sube en la escarpada montaña

al claro de mi ser.

Prendado de tus manos,

 que dibujan el paraíso celestial,

de tus ojos que son la luz 

que ilumina mi sendero;

de tu vida que es la semblanza de mi historia.

Prendado,

 del cóncavo y convexo de tu ser…

que es el mío mismo.