Madre,
que en desvelo fiel
acaricias el alma de tu creación.
Ser indomable que cubres con tus alas
el nido creado con esas ramas de adoración,
que entretejidas con hilos de entrega
logras el refugio perfecto;
que, bañado en oro,
es la riqueza de la humanidad.
Madre,
reflejada en el firmamento,
abonas la tierra fértil de tus críos
y riegas con lluvia de tus lágrimas
el pasto y las flores,
que con gran celo cuidas en todo momento.
Y aún habiendo tempestades, ciclones,
vendavales, borrascas y trombas, en la vida,
siempre estás erguida y orgullosa
para enfrentar las vicisitudes de tu existencia.
Madre,
que callada y abnegada
vas halando el trineo del cosmos,
y con garra y cariño,
lo mantienes en el camino de la vida.
A ti madre universal,
vuelan estos humildes versos
como reconocimiento por tu gran valor,
Madre Bonita.
Madre, palabra de respeto y admiración, versos que nada dicen para lo que es el amor de una madre, mi mayor admiración para ese ser único y excepcional que es la madre, un abrazo.
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