Te contemplo en mis deseos,
en mis risas y mi llanto,
acaricio tu memoria
que me viene como el viento.
Dilato tu presencia
para que se fugue con mi historia
y seas la musa andante
de mi dulce melodía.
Busco tu locura,
la que entiende mi alegría,
y en bella sinfonía
refleja mi canción
en el tiempo de tu frescura.
Bailo sin mesura
con la orquesta de la vida,
acompañando tu sonrisa
donde, toda tú, eres hechizo,
hechizo de hermosura.
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