Eres, en el ponto de mi existencia,
la madrépora
divina de mi vivir.
Son tus razones
la elocuencia de la luna
el agua cristalina que da vida ,
la viveza de tu esencia
y la antorcha que ilumina mi sentir.
Tienes la gracia de una reina,
la postura mágica de una diosa
y el hechizo de mis noches.
Eres ese día
que deslumbra y enloquece de alegría,
recorriendo
todo el mundo,
suavizando los torrentes
y explorando la riqueza
de mis días.
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