Truena la rama que por tanto
tiempo
se sostuvo en el tronco de
la vida.
Rama seca y débil que espera
su fin.
Un fin -caída en el suelo-
que va
carcomiendo su cuerpo.
Cuerpo, otrora tiempo,
rozagante
y luminoso, veleidoso y
arrogante,
que encontraba su fuerza en
la energía
que brotaba del universo
mismo;
y extasiado se regodeaba de
su hermosura,
de su fortaleza y de su
esplendor.
Ahora, sólo le toca caer y
quebrarse,
irse con el viento, y
arrumbarse en
el libro de la vida que
subyace en el
propio espíritu cambiante y
tesonero
de ese tronco de árbol que,
imponente,
ve caer sus ramas y su
esencia.
Adiós vida... Adiós mundo...
¡Adiós!
En mi desfallecimiento total
y único,
¡Gracias vida! Todo te debo.
¡Me voy en paz!
El día que dejemos este mundo, trataré de irme"Ligero de Equipaje"......Un abrazo.
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