Reblandecí tu corazón a fuerza de querencia.
Maniataba tus manos con mis besos,
derretía la cera de tu alma
con el fuego de la pasión
a base del roce del viento sobre tus mejillas.
Se desató el remolino de amor
que yacía adormilado en tu ente,
y que, como tierna criatura, despertó.
Despertó del letargo en que estaba
sumido en su creación
e inmediatamente se transformó en algarabía.
Esa que da la felicidad.
Y que ahora, con esa blandura de tu alma,
das paso a ese mundo espléndido
que es el amor, corazón radiante
Encontramos personas a nuestro paso por la vida,que son duros de corazón,pero que a base de ternura y cariños, se vuelven"CORAZÓN RADIANTE" un abrazo.
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