.

.

12 noviembre, 2014

REFLEXIÓN


¿Qué sentiré  el día de mañana cuando parta a otros horizontes?
¿Llorarán mi partida o veré cumplida mi petición?
Esa petición de que no haya lágrimas en las gentes,
que sea felicidad, no infelicidad,
que sea fiesta, no velorio,
sino como una bella canción.

Disfrutar que estaré descansando para la eternidad;
estaré viendo a las gentes que me darán el último adiós.
Algunas sólo para cumplir, aunque sé que las más,
 me irán a despedir  por amistad
a ese viaje sin retorno, sólo con boleto de ida, ya que moraré con Dios.
 ¡Ah! Y sólo, sin compañías.

¿Qué reflexionaré, cuando vea a todos esos seres a mí alrededor?
¿Me motivaré para decirles todo lo que sentía por cada uno de ellos,
 sin hipocresías o me quedaré mudo, sin decir ni media palabra?
¿Seré conservador? ¿ Me portaré  amable con ellos y respetuoso
como buen anfitrión? ¿Volveré a la tierra, de la cual un día me desprendí?
¿Estaré todo arenoso?

La única certeza en mi recorrer de esta vida, 
la cual fue  con mucha bendición,
era que algún día iba a partir.
Como decía el gran poeta sevillano, Antonio Machado:

“Y cuando llegue el día del último viaje, 
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
 
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
 
casi desnudo, como los hijos de la mar.”

¡Ah!, qué dicha mi querido poeta, estar ligero de equipaje…
 Perfectamente plasmado.

Pediré que antes de partir, me pongan en un costal  colosal,
esos higos que tanto me gustaban, la sandía fresca que me apetecía
por las noches, las ricas y rojas manzanas que disfrutaba con gran placer,
en algunas ocasiones con sal; o ese pecho de ternera, con el cuál me
relamía los dedos. Que si no había, hacia berrinches.
Si, ya lo pensé, pediré que me los pongan para llevar, por si me da
hambre al caminar.

¿Qué recuerdos de mi mente borraré, cuando ya esté listo en mi traje  de
cedro, (bueno eso creo)? ¿Tendrá mi cuerpo ese olor a las montañas de la
región mediterránea? ¿ Qué será  mí  trasminar? ¿Tendrá ese horrible olor
 a expiración,  a formol, percibiendo como me pudro?

¿Me tocarán la pieza que tanto disfrutaba?
¿O dirán “mejor no”, porqué  nos va a volver a la realidad?
¿Me maquillarán como nunca imaginé, con maquillaje de mujer -de la
que tanto amaba- o me dejarán  al natural, con simplicidad?

Pero  bueno, solamente puedo pensarlo, no puedo decir nada, ya estoy
Atrapado. Me iré a ese lugar que he soñado, donde todo es bello,
donde no hay crueldad, donde todo es educado,
donde  el  remanso  tiene como sello.

Desde allá, les enviaré mails, para seguir con la relación.
Les contaré  de los grandes jardines por los cuales caminaré,
y de todo lo que se trabaja allá por la renovación.
Por lo pronto  hoy me despido, tengo que dormir...


¡Hasta mañana, por siempre!

1 comentario:

  1. Pensando un poco cuando llegue el día de mi último viaje y parta la nave que nunca ha de tornar.

    ResponderEliminar