Tengo el corazón
despepitando tristezas enterradas
despertando después de haber estado recostadas.
Inviernos habitados en la primavera de mis suspiros
cortando las flores de mis amores.
Quiero la blandura de los seres,
embelleciendo amaneceres,
ahogando egoísmos y rencores,
pulverizando cadenas y resquemores,
no acostumbrados a los dolores
que retumban en el alma, como fiel bullicio
con cencerros y trompetas que quitan la calma..
Quiero
la mano de mi hermano,
la palmada vivida y que quita el desgano,
la lágrima rodada
muchas veces escondida,
el motivo de cada instante para vivir,
el ser humano, sin herir,
y brindarle a mi corazón
el amor que necesita para seguir...
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