Me introduzco quedo,
muy suavemente
en el río de tus venas.
Ansía mi esencia penetrar
en los rincones de tu vivir,
grabarme plácidamente
en toda la inocencia de tu ser
y recorrer todo el torrente de tu piel.
Estacionarme, e históricamente
amarte en un sueño de oropel,
sin momentos de olvido
sin resumen de memoria
sin murmullos que saber.
Quedarme en ti, en eternos,
en todos los detalles más pequeños
y bañarte de besos
con mente, corazón y alma,
donde solo sea tuyo,
a través del tiempo,
para amarnos en el campo,
como mar en calma.
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