Veo en el trigal
el color de tu encantadora vida
cargada en el morral,
brillando delante del sol que le acompaña.
Siento en el sonido de mi guitarra
cómo resplandece el viento que te toca,
la espiga que va creciendo,
dando vida al amanecer.
Amor de montañas
y llanuras crecidas,
¡no te vayas aún!
Necesito beber de tu agua,
necesito que des aliento a mi vida,
que se queda en la nada
sin la lluvia que tú derramas.
Dame de tu noche,
que se quede en mi ser
su brillo y su derroche,
¡mi amor de medianoche!
Oh que hermoso ,como todo lo que esceibes José
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