Eres la palabra tierna,
que envuelta en la ola,
se convierte en el deseo de mis labios.
Recorres mi alma y mi piel,
y me invitas a soñar
en el desenfreno de la libertad.
Libertad que atrapa nuestras ilusiones
y nuestros sueños despiertos,
donde se forma el remolino de vida
del cual se alimentan nuestros corazones.
Corazones ya cansados de rodar
en esos cuerpos perfumados
de gemidos profundos.
Eres el camino
donde escribimos nuestra historia.
Tú como la protagonista principal
y yo el actor de reparto
que se mece en tu corazón
y bebe el agua de tu manantial.