Siento tu presencia en el vuelo del cielo,
en la huella imborrable del silencio
que en cánticos suaves
renueva la piel de mis deseos
y lo dulce de tus besos.
Amo el júbilo de tu amor que
en expresiones sagradas
lleva el viento a su favor.
Eres,
la pretensión de mis caricias
y lo añorado de tu tiempo.
Seguimos en el camino,
en la búsqueda de nuestro destino,
que sin freno ni distancia
deshoja nuestras horas,
¡y da vuelo nuestras ansias!
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