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20 abril, 2016

En el recuerdo, 
el te ofrecía 
el sabor de su orgullo, 
la sinrazón de su olvido 
y el dejo de su soledad. 
Yo no tengo más que ofrecer,
que la necesidad 
de vaciar mi amor, 
mis caricias atolondradas
y los besos acompañados 
por versos de mi corazón. 

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